7 nov 2007

Inexorable muerte


Ibamos caminando por una playa extensa, inmensa como el mismisimo universo, y asi, asi de ancho, asi de gorda estaba mi alma de inflada.
Porque mi mirada seguia tus pasos a mi costado y te movias de una manera tan sublime, tan cinematografica, casi como si sintieras que te estaban filmando, casi como si supieras que te estaba observando.
Y de pronto vino una brisa calida que solto una gota de sudor de tu sien, quise secarla, para poder acariciarte, para tener una excusa valida para tocarte. Casi como si de esa forma pudiese, al tocarte, hacer que sientas algo de mi, que me sintieras a mi, asi, tan adentro como yo te tengo a vos.
Pero no te toque, y cuantas veces me voy a arrepentir de no haberlo hecho.
Y asi volvio ese aire helado, aire que quiza solo yo sentia, porque estaba tan impregnado en mi respiración que hoy, recordando, concluyo en que probablemente ese dia hacia mucho calor y el frio que sentia estaba en mi alma, ahí donde no se ve nada y no se toca nada.
Estaba helada pero camine descalza de todas maneras. Quizás pisando el mismo suelo que vos, sintiendo en la piel que el mismo aire que te rodeaba me entraba a mi en los pulmones, como si pudiera sentirte mas cerca, mas unido a mi.
Ese afan de traerte cada vez mas cerca me tenia cansada. Hasta pense que si te mataba y te comia en pedacitos podria al fin sentirte como queria: adentro mio.
Pero que locura! Si yo te queria vivo, bien vivo. Vivo y feliz.

Entonces me miraste, y como siempre no me contuve a devolverte la mirada.. pero no dijiste nada, como si eso fuese solo un llamado de atención. Casi como si hubieras escuchado lo que pensaba y me estuvieras advirtiendo que deje de pensas en cosas tan oscuras.
De hecho ese dia fue muy raro para mi, no oscuro, pero tampoco claro. Simplemente gris
Y como odio ese color, es la indefinición plasmada en el cielo, es como la nada, o peor, como la tristeza.
Empezo a dolerme la cabeza. Me pasaba muy seguido cuando me abrumaban muchos pensamientos juntos. A veces queria abrirme la cabeza y vaciarla como un frasco lleno de chucherias y joyas de plata, para tirar las que no me gustan y acomodar las mas lindas en ciertos espacios, bien ordenados. Ah pero que facil seria eso. Demasiado.

Miedo, frio, dolor, miedo helado, miedo tenebroso…
Palabras, mas palabras se me escapaban de la mente como hormigas.
Me corrio un escalofrio y entonces frenaste la marcha.
Tambien frene, y me preguntaste si me sentia bien.
Aunque dije que si y simule un sonrisa, en la cara se me notaba el sudor helado de la fiebre, los ojos hinchados como bolsas de agua, de lagrimas, lagrimas contenidas, retenidas.
Estas segura, preguntaste, te ves palida.
Entonces me senti feliz de que a lmenos me miraras, aunque me estuviera por morir me habias mirado a los ojos. Y esos ojos tenian una mezcla de pena, desinterés y abstracción, como si estuvieras mirando a un moribundo, con lastima pero sabiendo que ya no podes hacer nada.
Quise gritarte, casi vomito un alarido que me estaba cortando la garganta. Pero ya no tenia fuerzas, apenas si podia mantener abiertos los ojos.

Si al menos hubiese podido usar mis ultimas fuerzas en decirtelo!
En vez de alejarme asi, como si la energia que me quedara sirviera de algo..

Ya era tarde igual, a veces pienso que fue mejor asi. Al menos no te torture en mi ultimo momento.

Solo te mire, ojala ese instante halla quedado guardado en algun recondito lugar de tu memoria.
Bah, ojala me recuerdes.

Y asi, sin mas, me fui corriendo y cada paso que daba hacia la calle era una puñalada que me atravesaba la carne, mortificándome, pense mientras huia que ojala me estuvieras siguiendo, que quiza me siguieras para socorrerme y como un ultimo suspiro, como un ultimo e infimo intento mire hacia atrás, y te vi sentado, mirando hacia el mar, abstraido, quiza en otra parte.

Llegue hasta un callejón y mis piernas se doblaron como finos papeles, cai entre unas rocas pero no senti ningun dolor, como si el lecho asqueroso de muerte me estuviera esperando.
Mire el cielo, inmaculado, sin nubes, esplendoroso, enorme y divino, y ahí vi tu rostro, ese rostro que era la vida misma para mi, ese rostro que era mi vida.

Y mirando tus ojos en el cielo, imaginándolos por ultima vez, pero esta vez dulces y amorosos, y enamorados y llenos de lagrimas de dolor, cerre los mios, para no volverlos a abrir nunca mas.

No hay comentarios:

TODO EN LA VIDA, ES FUSIÓN, CAROZOS Y CORAZAS, ESA ES LA CUESTIÓN