30 ene 2008

De los encuentros


Todo el fiebre en la noche, calor , bullicio, caminos y llamas.
La magia del universo, toda concentrada en el espacio. Entonces las puertas se abren, la gente deja caer los muros y todo nace, todo fluye, todo es.

Música y luces psicodélicas, colores y formas que anuncian los encuentros y el momento suspendido en el tiempo, que no existe. Ya se congela, se deja ver.
Hay sombras, propias de los hombres, naturales y genuinas.
Sombras y llamas, sombras y viento, sombras y dolores.
Los que están se miran, se fusionan, se estremecen. Viven, dejan salir cada emoción.
Y al fin todo aquello que se expulsa deja a todos transparentes, casi imperceptibles.
Así, defectuosos, sucios, orgullosos, llenos de gracia, de alegría y de dolor, maravillosos en el error, incluso hasta en la imperfección.
Se conocen, se confunden, en definitiva se entregan.
Y se piden amor mutuamente. No se callan, no buscan la salvación. Se mueven, juegan, actúan, y y buscan.
Hoy son capaces de olvidar todo su pasado, hoy pueden lograr despedirse de los engaños, de las limitaciones, de las heridas.
Hoy dejan un pedazo de sus vidas en el mundo y se van. Ya no prometen, ya no escapan.
Son grandes, son valientes, son humanos.

TODO EN LA VIDA, ES FUSIÓN, CAROZOS Y CORAZAS, ESA ES LA CUESTIÓN