Elegir la molestia

Uno conoce con el tiempo las cosas que le hacen mal, lo que lastima, lo que molesta.
Uno sabe perfectamente cuales son esas cosas, pero irremediabemente volvés a lo mismo una y otra vez.
Volvés a escuchar esa canción que te hace apretar los dientes, volvés a quedarte solo en un rincón, pensando nada más, inmóvil.
Volvés a mirar esas fotos gastadas de ser vistas, guardadas en un cajón lleno de obsesiones y costumbres.
En tiempos de soledad parece que los instintos te llevan a elegir la molestia, que estorba, que jode, que agota.
O será que la molestia se empeña en convencerte de que la eligas otra vez?.

Telarañas

Limpiar un poco las telarañas, de vez en cuando, esta bueno.- Hasta se disfruta.
Sobre todo si son tantas que no te dejan ni ver; porque entonces empezás a los manotazos, con los ojos cerrados nomás.
Apenas distinguís tus manos lanzadas hacia esos hilos fastidiosos que se enredan, que se pegan en los dedos, en los pelos, en la ropa.
Ya lo que resta despues es facilísimo: un plumero y un poco de paciencia…
Eso si, el tema es cuando las telas estan mas adentro, mas adentro de la casa, mas a dentro de tu pieza, mas adentro que tu cama… mucho mas adentro, en LA casa.
Y la cuestión es que, si llegas, te encontras con la Loca de La casa.
Y... Cuando hay mucha humedad no le gusta que la anden jorobando con plumeros y otras yerbas. Pero es cuestión de practica.

A veces, después de mucha lluvia, si le insistís un poco, se calma y con dulzura, hasta capaz ella misma te da una manito.
Asi que, a que quiero llegar… Ah si, que en eso estoy entonces, en la limpieza gente.
Prometo no demorar, parece ser que el sol esta asomando y a ver si aprovecho para arrancar.